martes, 25 de octubre de 2011

Con sus mismos sentimientos

Orando el himno de Filipenses 2, 5-11
Tened entre vosotros los sentimientos propios de Cristo Jesús. Él, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el Nombre-sobre-todo-nombre; de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el abismo, y toda lengua proclame: Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.

- Este pasaje es un precioso himno que tiene a Jesús como centro y con el que Pablo, que se encuentra en la cárcel, deja entrever su intimidad, su ternura, su confianza hacia los filipenses y les exhorta y nos enseña también a nosotras a seguir el ejemplo de humildad, desprendimiento, servicio… como Cristo lo hizo.
Tened los sentimientos de Cristo. Sólo pararme en esta primera frase ya me produce cierto vértigo. Pues la mayoría de las veces son mis propios sentimientos los que salen a flote, olvidándome de que tengo que revestirme de Cristo, olvidándome de la persona de Jesús a quien intento seguir. Por eso, el egoísmo, el amor propio… saltan con el primer obstáculo que se pone en medio. Mi deseo es el de ser más consciente de a Quien pertenezco para que sus sentimientos broten en mí con más espontaneidad de los que brotan los míos.
Este himno me habla de humildad, de oblación personal, de saber vivir la entrega desde la sencillez. Hacer las cosas de cada día desde la gratuidad, la generosidad… ¡Qué magnífica lección encuentro en Jesús que, para comprenderme, se rebajó, que pasó por uno de tantos! Y  yo ¿qué? ¿Soy capaz de ponerme en lugar de las otras personas para no juzgarlas?
Oración
Señor Jesús, dame la fortaleza para saber arrodillarme ante Ti
para saber reconocerte como mi Señor.
Que mi corazón sintonice con el tuyo
para poder tener y actuar con tus mismos sentimientos.
Que sepa abajarme, vaciarme de mí misma,
para que seas Tú quien reine, para que sea a Ti a quien vean.
Dame la sabiduría de la cruz,
la que me hace permanecer en tu amor, como María,
porque Tú eres el lote de mi heredad… Amén.


Hna. Ángela María Díaz Méndez, OIC


4 comentarios:

  1. "Hacer las cosas de cada día desde la gratuidad, la generosidad…". Me quedo con esa frase. El mundo en que vivimos, en el que parece que todo tenga que tener una contrapartida, viene bien tener cerca un ejemplo de generosidad como valor esencial de una vida. Gracias por compartir estas reflexiones.

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  2. Qué bonito es poder leer los sentimiemtos del corazón a la luz de la Palabra.
    Gracias hermanas y esta última tuya, Ángela...
    A.H.C

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  3. ¡Qué himno tan profundo has elegida para comentar! Es precioso. Siempre que lo medito me ayuda muchísimo y anima.
    Pido al Señor ser consciente de que Él está en el centro de mi vida. Intento cada día identificarme con Él para darme a los demás con humildad, sencillez, gratuidad, ... en una palabra vivir en el amor.
    Muchas gracias por compartir estas palabras con todos los que visitamos este blog.

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  4. Ángela, me ha encantado el blog y esta reflexión que nos compartes. Ojalá El Señor nos ayude a tener sus mismos sentimientos.
    Un abrazo grande y muchas gracias por compartir con nosotros una parte de vuestro mundo.
    Cecilia

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