domingo, 8 de enero de 2012

VOLVER A EMPEZAR

Mi reflexión para iniciar el año nuevo

Paz y bien para todos. Desde el Convento Concepcionista de Lebrija envío mi pequeña reflexión del año nuevo. Me tienen que perdonar porque no domino bien el idioma pues soy una hermana africana, pero lo hago con mucho gusto. Dios nos regala otro año cargado de bendiciones. ¿No me creen?, pues sí ¿Cuántas personas vivían a nuestra lado y hoy no están?  Apasiónate, hermano, hermana, no gastes tus fuerzas en cosas que no merecen la pena. Se tú mismo y no vivas pendiente de “lo que dicen” o “no dicen” de ti; eres lo que eres con tu estatura, fisonomía e inteligencia. No envidies a nadie. Lo que los demás digan no añadirá nada a tu valer.

María escuchaba y guardaba todas esas cosas meditándolas en su corazón (Lucas 2:19). Saber escuchar, para saber sembrar: Saber hablar es don de muchos. Saber callar es don de pocos. Saber escuchar es generosidad de poquísimos. Todos necesitamos que alguien nos escuche. También nosotros tenemos que aprender a escuchar. Escuchar es dar nuestro tiempo al hermano/na que habla. Como María que escuchaba y guardaba las cosas en el remanso de su corazón. Sí, esta frase me dice mucho para empezar el año.
         
Como Dios nos escucha con paciencia y amor. Escuchar al pobre y al enfermo, al amargado y al que está alegre, al joven y al anciano, al niño cándido e inocente, en fin, a todos. Escuchar la canción de la naturaleza, aire, flores, animales, todo lo que ha creado Dios. La caída de la nieve blanda y el beso suave de espuma de las olas bravas. Escuchar a Dios en el silencio de nuestra alma. Después que María escuchaba y guardaba, lo ponía en práctica al subir las montañas de Judea para prestar su ayuda.

El año nuevo, SÍ, todo nuevo. En definitiva es una manera muy saludable de colaborar para la felicidad de los demás. Sin duda la paciencia es virtud fundamental en que debe apoyarse nuestra capacidad de escuchar a los demás. Pues no pocas veces el que habla lo hace movido por su ansiedad y acuciado por los problemas, siendo incapaz de controlar su propio discurso. Indudablemente, sus palabras pueden resultarnos molestas. Entonces, el mejor resorte en este año es poner  paciencia y amor.  Hay que ingeniarse como en todas las cosas, para que todo salga lo mejor posible.

Cada cosa hay que llamarla por su nombre. Escuchemos en silencio, pero cuando hay que decir no, decir NO sin miedo alguno. Pues la verdad es siempre la verdad aunque duela. Y la persona que es veraz siempre triunfa. No hay que tener miedo al mal, sino vencer el mal a fuerza de bien.

Un abrazo muy fuerte de vuestra hermana Yukunda que os quiere. La vida es algo muy sublime, hay que vivir en plenitud, así como una mina que hay que explotar. Tenemos un año más, seamos pues alpinistas que escalemos la montaña de la santidad.
Para ir avanzando en las morada del castillo interior tenemos que adentrarnos en las cosas divinas. Saber hablar, saber escuchar, es muy positivo y muy bello.


Gracias. Desde Lebrija. Hermana Yukunda

Hermana Yukunda, OIC