miércoles, 28 de septiembre de 2011

El Padre Bueno

En torno a Lucas 15, 11-32

11 Dijo: «Un hombre tenía dos hijos; 12 y el menor de ellos dijo al padre: "Padre, dame la parte de la hacienda que me corresponde." Y él les repartió  la hacienda.
13 Pocos días después el hijo menor lo reunió todo y se marchó a un país lejano donde malgastó su hacienda viviendo como un libertino.
14 «Cuando hubo gastado todo, sobrevino un hambre extrema en aquel país, y comenzó a pasar necesidad. 15 Entonces, fue y se ajustó con uno de los ciudadanos de aquel país, que le envió a sus fincas a apacentar puercos. 16 Y deseaba llenar su vientre con las algarrobas que comían los puercos, pero nadie se las daba.

17 Y entrando en sí mismo, dijo: "¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen pan en abundancia, mientras que yo aquí me  muero de hambre! 18 Me levantaré, iré a mi padre y le diré: Padre, pequé contra el cielo y ante ti. 19 Ya no merezco ser llamado hijo tuyo, trátame como a uno de tus jornaleros."
20 Y, levantándose, partió hacia su padre. «Estando él todavía lejos, le vio su padre y, conmovido, corrió, se echó a su cuello y le besó efusivamente.
21 El hijo le dijo: "Padre, pequé contra el cielo y ante ti; ya no merezco ser llamado hijo tuyo." 22 Pero el padre dijo a sus siervos: "Traed aprisa el mejor vestido y vestidle, ponedle un anillo en su mano y unas  sandalias en los pies. 23 Traed el novillo cebado, matadlo, y comamos y celebremos una fiesta, 24 porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y ha sido hallado." Y comenzaron la fiesta.

25 «Su hijo mayor estaba en el campo y, al volver, cuando se acercó a la casa, oyó la música y las danzas; 26 y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello.
27 El le dijo: "Ha vuelto tu hermano y tu padre ha matado el novillo cebado, porque le ha recobrado sano." 28 El se irritó y no quería entrar. Salió su padre, y le suplicaba.
29 Pero él replicó a su padre: "Hace tantos años que te sirvo, y jamás dejé de cumplir una orden tuya, pero nunca  me has dado un cabrito para tener una fiesta con mis amigos; 30 y ¡ahora que ha venido ese hijo tuyo, que ha devorado tu hacienda con prostitutas, has matado para él el novillo  cebado!"
31 «Pero él le dijo: "Hijo, tú siempre estás conmigo, y todo lo mío es tuyo; 32 pero convenía celebrar una fiesta y alegrarse, porque este hermano tuyo estaba muerto, y ha vuelto a la vida; estaba  perdido, y ha sido hallado."»


Meditación

En este evangelio podemos descubrir quién es nuestro padre y quiénes somos nosotros, cómo actúa Dios Padre frente a sus hijos y cómo actuamos nosotros, sus hijos frente al Padre. La grandeza de Dios y nuestra pequeñez.
Preciosa enseñanza de Jesús para darnos a conocer el amor del Padre.

Me llena de entusiasmo, de alegría, de esperanza, de confianza, de gratitud, saber que Dios me ama tal como soy, porque él solo es AMOR, y de Él no sale otra cosa que AMOR.
Este mensaje se actualiza hoy en mi vida y en la vida de todo ser humano, porque todos somos pecadores, débiles, frágiles, necesitados de misericordia, de amor, de compasión, de perdón. Cuando nos encontramos repletos de todo, prescindimos de Dios y empezamos a derrochar todo lo que tenemos y somos hasta quedarnos vacios, hundidos en la soledad, confusión, miedo, tristeza, amargura, angustia, hambre, y desesperación. Cuando entramos en un estado deplorable, abandonados de todos. Entonces y solo entonces nos preguntamos qué he hecho, qué estoy haciendo de mi vida, dónde estoy, a quien acudiré; miro a todos lados y no hay nadie, y en la soledad y el silencio de la noche oscura se me descubre una luz, el recuerdo de que tengo un padre que me ama.

Y empiezo a pensar cómo agradarle, como reconquistarle, como volverlo a encontrar, reconozco lo que he hecho, me arrepiento de ello y, ya preparada, voy en busca de Él, del único en quien puedo encontrar la solución para todos mis males y nada más dar el paso hacia Él, Él sale a mi encuentro y no hace caso de mis discursos, de mis regalos, de mis ofrendas; lo único que él esperaba es que vuelva a Él, que me arrepienta y que viva (el sacramento de la reconciliación). Y en este amoroso encuentro, me reviste de un traje nuevo, me llena de todo su amor, me colma de gracia y bendición, me sacia de bienes y me prepara para la gran fiesta con un rico banquete (LA EUCARISTIA) dejándome fortalecida, y poderosa, envidia y confusión para mis hermanos, porque el Rey, mi Padre, me ha devuelto mi lugar en su casa, haciéndome dueña de todas sus posesiones.


Oración

Proclama mi alma, la grandeza del Señor
se alegra mi espíritu en Dios, mi Salvador,
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones
porque el poderoso ha hecho obras grandes en mí.
Su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación
Él hace proezas con su brazo, dispersa a los soberbios de corazón
derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacios.
Auxilia a Israel su siervo, acordándose de la misericordia
como lo había prometido a nuestros padres en favor de Abraham
y su descendencia por siempre.
Gloria al padre y al hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.





Hna. María del Carmen Luna Delgado, OIC

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